Reconozco que me costó adaptarme a cada una de las modas en botas que nos han acompañado desde que comencé a vestir por mi misma, a una temprana edad, todo sea dicho.
En primer lugar, eso de sacar las cañas por fuera de los pantalones, al principio me resultaba rarísimo, pero luego lo veía en revistas y terminé
por lanzarme, y el resultado fué una costumbre en mi día a día, y espero que por muchos años, porque se le puede sacar muchísimo partido a un look con este simple gesto.
Luego comencé a fijarme en que las botas pueden lucirse también en verano, y poco a poco, fui sacando valor, hasta ser uno de mis looks
avituales en las calurosas noches de verano de mi tierra, y también para viajar, ya que combinadas con unos vaqueros pueden ser un gran aliado frente a la lluvia o el fresquito, y si por el contrario, el calor te invade, puedes lucirlas con un fresquito vestido y te permiten andar y andar cómodamente.
Por todo eso, hoy mi post va para ellas, para las botas. Esas compañeras a las que tanta guerra les doy, y especialmente a las de la marca Sendra, que siempre aciertan con sus modelos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario